(El Palio de Siena es una carrera de caballos que enfrenta a las contradas o distritos de la ciudad de Siena)
Siena quiere decir Palio. La esencia misma de la ciudad, sus tradiciones, sus gestos y su alma son el Palio. Una competición de origen Medieval, el Palio de Siena es una de las tradiciones más antiguas de Italia.
La corrida se lleva a cabo con la competición entre los 17 distritos de la ciudad, que corresponden a barrios en el cuál la ciudad está dividida desde hace siglos y con precisión milimétrica. Pero las contradas son más que simples barrios, son pequeñas comunidades, cada una con su nombre, sus colores, su pequeña capilla.
Aquila, Bruco, Chiocciola, Civetta, Drago, Giraffa, Istrice, Leocorno, Lupa, Nicchio, Oca, Onda, Pantera, Selva, Tartuca, Torre, Valdimontone; estas son las contradas, cada una con su historia, cada una con su museo y su sede, que desfilan en procesión con los vestidos tradicionales dos veces al año para el Palio. Los nombres de las Contradas tienen origen de animales reales o también existentes en bestiarios medievales, algunos nombres en cambio provienen de juegos tradicionales.
Pertenecer a la Contrada no significa alentar un equipo, significa estar vinculado a una comunidad. En Siena, de hecho, los chicos son bautizados en la fuente de la Contrada y por toda la vida formarán parte de la misma. Durante siglos, entre los barrios se fueron creando alianzas pero también rivalidades, que cargan el momento del Palio de emociones y pathos que se centran en los días de fiesta. No es raro, en los días del Palio, ver a los barrios rivales animarse y enfrentarse.
Los barrios se desafían dos veces al año desde hace siglos en las mismas fechas : el 2 de Julio con un Palio dedicado a la Virgen de Provenzano, por un milagro sucedido en el siglo XVI, y el 16 de Agosto, con el Palio dedicado a la Virgen Assunta, protectora de Siena. La competición en el Medioevo se realizaba a lo largo de las calles de la ciudad, hasta mitad del 1600, cuando inició a desarrollarse en el interior de la Plaza del Campo.
Cada gesto, ritual y momento del Palio se transmite desde tiempos inmemoriales, sólo eventos devastadores como las guerras mundiales o las pandemias han impedido de realizar este importante evento. Las contradas desfilaban para ganar el “Drappellone”, una tela pintada muy prestigiosa, corriendo por solamente 3 giros alrededor de la plaza. No hay un premio en dinero, el prestigio de la victoria para los barrios es impagable.
En cada Palio participan 10 contradas sorteadas, las 7 restantes irán directamente a participar al Palio del año siguiente, juntas a las 3 sorteadas del palio precedente. Los dos palios son corridas separada y con sorteos independientes. También los caballos, para evitar que las contradas más ricas puedan tener siempre a los mejores, son sorteados solamente 3 días antes de la corrida. De este modo los jinetes y los caballos tendrán sólo 3 dias para crear un fuerte vínculo que les permita ganar.
El caballo es el verdadero protagonista de la carrera. Es, de hecho, el que gana, en el caso que el jinete se caiga (se habla del caballo “agitado”) ; es el caballo que recibe la bendición en la Capilla de la Contrada, y es siempre el caballo que durante la cena propiciatoria, que se realiza en las calles de la Contrada, ocupa el puesto de honor : ¡la cabezera de la mesa!
Los jinetes, que generalmente no son originarios de la ciudad, son elegidos por las contradas y durante la corrida cabalgan “a pelo”, es decir, sin la silla de montar y sin estribos. Son los protagonistas junto al caballo, de la carrera, aclamados en caso de la victoria como Santi, ignorados en caso de derrota.
La ley más importante del Palio no es tanto la de ganar, sino que NO gane la Contrada rival.
Esta rivalidad tiene raíces históricas increíbles y se refleja en la sociedad moderna sienés y hace que el Palio sea mucho más que una tradición y convierte esta ciudad única en el mundo.
Letizia Castelli
Guía Turística y Arqueóloga
Habilitada sobre Arezzo, Siena y provincias